Ahora que ya ha empezado el curso académico, no queríamos dejar escapar la posibilidad de hablar de los peques (y no tan peques) de la casa. Hoy nos vamos a centrar en un problema que afecta a más de la mitad de los menores de 35 años, pero que durante la infancia tiene una importancia crucial.
Todos sabemos que hay niños que no ven bien en clase o que les cuesta leer letras de un tamaño medio a una distancia razonable, por ejemplo, en la calle. Hay muchas causas por las que puede aparecer la miopía en los niños. Podríamos dedicar un post específico para ello, pero de momento simplemente hay que fijarse en que los niños de hoy en día fuerzan su visión más que nunca (durante las clases, las actividades extraescolares, sus horas de estudio, el uso de nuevas tecnologías, etc.). De ahí que durante la niñez y la adolescencia sea cuando más aumenta la miopía.
¿Qué consecuencias puede tener la miopía en un niño? ¿Y qué pasa si el aumento de la miopía se descontrola?
La primera consecuencia es la más evidente, el niño deberá llevar gafas para poder enfocar y ver adecuadamente. Y esto, aunque para los adultos hoy en día ya no es un problema, para un niño supone un cambio sustancial en la forma de comportarse en su día a día. Hay que recordar que el uso de lentes de contacto –las lentillas– en niños no está desaconsejado, simplemente hay que tener especial precaución en la higiene.
Además, cabe recordar que cuando la miopía en un niño crece sin control y supera las 6 dioptrías se considera «Miopía Magna» y entonces la historia cambia radicalmente ya que el niño entra en riesgo de sufrir un desprendimiento de retina o una retinopatía miópica.
¿Qué podemos hacer para prevenir la miopía en niños?
El primer consejo siempre va a ser mantener un estilo de vida sano y hacer mucha actividad al aire libre. Mientras los niños corren y juegan no están forzando su visión y eso les aportará muchísimas cosas que les enriquecerán mucho más que estar en casa viendo la televisión. Sin embargo, esto no significa que si nuestro hijo es miope sea porque hemos hecho algo mal. Como hemos dicho antes, las causas pueden ser muy diversas.
En caso de que nuestro hijo ya esté diagnosticado de miopía y veamos que empieza a crecer, tenemos varias opciones a nuestro alcance. Las vamos a enumerar en base a nuestro criterio para recomendarlas:
Opción 1: Utilizar unas gafas con las lentes «MiYosmart» by Hoya Lens. Con estas gafas conseguimos frenar el avance de la miopía. Es tan efectivo como los otros métodos que luego os explicaremos, pero tiene la ventaja de que no hay que poner lentes de contacto a un niño que quizás por edad no se sienta muy cómodo con algo en el ojo.
Opción 2: Lentes de contacto «Misight» by Coopervision. Se trata de colocar unas lentes de contacto blandas especiales para niños que se encargan de frenar el crecimiento de la miopía. Son lentes cómodas de usar. Todos nuestros pequeños usuarios están encantados ya que una vez las tienen puestas, pueden hacer vida normal.
Opción 3: Ortoqueratología (Orto-k). Son unas lentes de contacto en formato rígido que se colocan para dormir y al día siguiente, tras quitarlas, no es necesario llevar gafas ni lentillas. Durante mucho tiempo se ha utilizado para preparar oposiciones a Bombero o Policía, pero también han demostrado ser muy eficaces en el control de la miopía en niños.
Ahora que ya sabemos cuáles son nuestras opciones, hay que tener unas consideraciones muy claras:
Se trata de parar el crecimiento de la miopía. En ningún caso esto quiere decir que el niño va a dejar de ser miope. Lo que se pretende es intentar que ningún niño llegue a desarrollar «Miopía Magna» sino que se quede en graduaciones inferiores. Que nadie te diga que tu hijo no va a necesitar nunca más gafas porque no es cierto.
Todas las opciones son tratamientos. Esto quiere decir que requieren de un seguimiento correcto y de una constancia de uso. Tanto si vienes a nuestros centros, como si no, asegúrate de seguir las instrucciones de tu Óptico Optometrista y siempre realiza el mantenimiento, reposición y sustitución en los plazos que éste te indique.
En nuestro caso recomendamos estos tratamientos a partir de los 6 años (en el caso de las «Miyosmart» y «Misight») y a partir de una edad un poco más avanzada –dependerá de cada niño– ya podremos pasar a la Ortoqueratología. Esto responde sobre todo a un criterio de comodidad.
Si tienes más dudas sobre cómo frenar la miopía en niños y vives en Valencia, no dudes en llamarnos a cualquiera de nuestros centros o contactar con nosotros a través de nuestro Whatsapp.